Hubo una época en la que haber nacido y vivir en una gran capital era lo mejor que me pudo pasar.  Todo estaba allí, las oportunidades laborales, el dinero, la cultura y la calidad de vida que merecía.  Gracias a la capital tuve la oportunidad de conocer la radio, trabajar en ella y sus intimidades además de encontrarme con mi gran pasión para darle forma y vivirla como un sueño;  la locución.

En 1999 grabé mi primera campaña grande para radio y televisión y tuvieron que transcurrir cinco años más para regresar a los estudios a empezar de ceros, grabando personajes y esperando pacientemente la oportunidad de presentar algún casting.  Desde 2004 mi carrera en la locución publicitaria fue en ascenso y por eso también estoy muy agradecido con la capital y con Dios (el universo o en lo que usted decida creer) por mi don.

Pasaron siete años para que mi salud física y mental (nada de loquero)  me empezaran a mostrar que todas esas oportunidades y el estilo de vida que me ofrecía mi natal capital venían con un precio muy alto, así que surge por primera vez en mi mente la idea de buscar un nuevo lugar para asentarme, uno que le pusiera freno a las más de 7.200 revoluciones por minuto de mi cotidianidad.

Lo cierto es que las nuevas tecnologías fueron primordiales en el proceso de búsqueda y de migración.  Sin internet y las herramientas que ofrece no habría sido posible siquiera imaginar algo que hasta hace pocos años sonaría descabellado. Pueden preguntarle a cualquier locutor de la época dorada acerca de los viajes que pudieron disfrutar para grabar campañas en Estados Unidos porque era la única forma de contar con la voz adecuada en ocasiones especiales.

Llevo casi un año grabando desde mi estudio en mi nuevo hogar para la capital y la comunidad hispano parlante del mundo con 3 metodologías:

  1. Confianza: “Ya te mando el texto y me envías tres tomas”.
  2. Cliente sin estudio:  “Nos encontramos por Skype y te dirijo”.
  3. Cliente con estudio:  “Envíame tu link y te grabamos de una vez”.

El primer método tiene el ingrediente que es clave en este negocio.  Muchas veces se comunican conmigo locutores de diferentes partes de Colombia preguntándome cómo pueden empezar a grabar campañas nacionales.  Mi respuesta siempre es la misma:  Vaya a los estudios, muestre su mejor trabajo en cabina y gánese la confianza de directores e ingenieros con puntualidad y seriedad. 

En otras palabras, pretender que grandes agencias, estudios y productoras pongan su fe en un locutor que jamás han visto, del cual no conocen su estudio y aspectos técnicos y cuyo valor agregado es su tarifa rebajada raya en lo absurdo.

El segundo método es de gran utilidad para aquellas productoras que cuentan conque les enviemos las locuciones listas para montar en sus videos y necesitan dirigirnos.

Nos encontramos con el terceo y el que mejor me ha funcionado hasta la fecha.  ipDTL, un sistema que pretende bajar del podio al costosísimo y poco práctico ISDN y a otros competidores como Source Connect.  ipDTL es un servicio peer 2 peer que usando un plugin de audio gratuito de Google Chrome permite transmitir voz y video HD en tiempo real. 

Lo esencial?  Buen micrófono y pre amplificador, audífonos, adecuación acústica apropiada y una conexión a internet estable de quien emite y quien recibe.

Contras: No existe un plugin que se pueda integrar al software de grabación, así que hay que encontrar la forma de rutear el audio de Chrome a un canal.
Si alguna de las señales de internet es baja, se generan “saltos digitales” y hay que repetir la toma.

Pros:  Ha sido una de las mejores inversiones que he realizado ya que le da tranquilidad a las agencias y clientes, no tienen que esperar que enviemos la toma y pueden hacer ediciones sobre la marcha.  Es como pasar de la cabina de un estudio a la de otro sin necesidad de perder tiempo y dinero en transporte. Además se espera que pronto se realicen mejoras en la herramienta para poder ofrecer más facilidad y reforzar la confianza en los clientes.

Entonces SI es posible ejercer la locución sin importar el lugar del planeta en el que nos encontremos y las prioridades personales que tengamos. Invito a clientes, agencias y locutores a perder el miedo al curso natural de los negocios en el mundo.